Hiperactividad en perros

Todos conocemos casos de los perros que saltan agitados para darnos la bienvenida, van tras el estímulo más sencillo y no pueden descansar un solo segundo, suelen halar de la correa de manera impetuosa y sin descanso y pueden pasar horas persiguiendo la pelota sin agotarse. Pero ¿cuáles son las razones para este comportamiento? Y sobre todo, ¿cómo podemos mejorarlo? Es muy común echar mano a las patologías para explicar este tipo de conductas y sencillamente son tratadas con medicamentos. Está claro que algunos perros tienen dicho comportamiento debido a un trastorno orgánico, pero no debemos generalizarlo pues hay muchas otros factores que pueden estar causando dicha hiperactividad y que debemos tener en cuenta.

FACTOR GENÉTICO

La herencia tiene una gran influencia cuando se trata de hiperactividad. Dichas condiciones comienzan desde el mismo útero: una madre sometida a constante estrés durante la gestación o con mala alimentación son factores que pueden generar crías ansiosas y con baja tolerancia al estrés. Dicha tensión a la que está expuesta la madre, prepara a sus cachorros para las mismas condiciones de vida en el momento que nacen. Posterior al nacimiento, hay otros factores que también influyen: el destete forzado y a edades muy tempranas, es uno de los más comunes. Es importante anotar, que hay razas genéticamente creadas para tener un nivel de actividad más alto de lo normal, de manera deliberada

FALTA DE ACTIVIDAD (DESEMPLEO)

El poco uso de sus capacidades físicas y mentales, es una de las mayores causas de esta hiperactividad, y somos nosotros los responsables directos de dicha situación. El trabajo en equipo no solo ofrece al perro su desarrollo mental y físico, sino que nos permite desarrollar un vínculo fuerte y saludable con nuestro perro. Es entonces importante tener una actividad común con nuestro amigo así como potenciar el trabajo para el cual fue creado, en caso de tratarse de una raza específica de trabajo (rastro, pastoreo, etc.). Aquellos perros que carecen de actividades físicas y mentales que les planteen nuevos retos y fortalezcan la relación con su guía, tienden a activar su válvula de escape de una manera inadecuada: destruyendo el apartamento, trastornos del comportamiento o simple hiperactividad sin descanso. Los perros que carecen de actividades físicas y mentales tienden a activar su válvula de escape de una manera inadecuada

DESARROLLO Y EDUCACIÓN

La manera en que el perro crece y se desarrolla es fundamental en su comportamiento. La capacidad de estabilizarse y “madurar” es en realidad un proceso de aprendizaje y no algo innato. Desde que nace, un cachorro no tiene la capacidad de determinar qué cosas son “más o menos importantes”, es por ello que se emociona igual por una hoja volando al viento que por saludar a personas que llegan a casa. Es realmente el proceso de educación y normas de convivencia los que le enseñan a diferenciar dichas cosas. Aquellos perros que nunca son adiestrados y no aprenden a distinguir entre aquello que es importante o no (recompensado o no), tienen dificultades posteriores en establecer prioridades. La tolerancia o capacidad de manejo de la frustración juega un papel importante en la hiperactividad. Dichos perros que han aprendido que todas sus necesidades y requerimientos se cumplen en el menor tiempo posible, no aprenden a manejar la frustración de manera adecuada, lo cual los lleva a altos niveles de estrés cuando las cosas no se realizan en la forma y tiempo esperado por ellos. Es importante manejar una relación del 80/20 en su proceso de crecimiento y educación, esto es: 80% de situaciones deben poder ser resueltas para, con y por el perro y no más del 20% de situaciones pueden ser “frustrantes” o simplemente no conseguidas por el perro, de manera que aprenda a gestionar dicho estado. No todos los perros hiperactivos responden a una enfermedad o un trastorno mental. Hay muchos otros factores que pueden ser la causa de dicho comportamiento, y que con un poco de cuidados y dedicación se pueden lograr un equilibrio y llevar una vida más tranquila y sana emocionalmente.

NUTRICIÓN

Aunque es un tema bastante extenso, podemos puntualizar la importancia de la adecuada ingesta de proteína en la dieta del perro. La mayoría de alimentos procesados para perros tienen pocas cantidades de carne o insuficientes. Generalmente son mayores las cantidades de alimentos procesados como soja, maíz y otros cereales y no aportan los nutrientes necesarios para el buen desarrollo físico y mental de nuestro perro y en algunos casos fomentan problemas de tiroides en ellos. Esta mala alimentación también aumenta los niveles de estrés en el perro dada la cantidad de toxinas (y amoniacos) que llegan a su cerebro a través del torrente sanguíneo, produciendo trastornos en su comportamiento, como la hiperactividad. Es importante buscar un buen consejo de nutrición en manos de profesionales. Finalmente, es importante recordar que no todos los perros hiperactivos responden a una enfermedad o un trastorno mental. Si bien es importante descartar cualquier problema orgánico, hay muchos otros factores que pueden ser la causa de dicho comportamiento, y que con un poco de dedicación, buena alimentación, actividad física y mental adecuada, adiestramiento, eliminación de estrés, trabajos para adquirir mayor seguridad en sí mismos y manejo apropiado de la frustración a trabas de un trabajo cognitivo-emocional, pueden lograr un equilibrio y llevar una vida más tranquila y sana emocionalmente.

Publicado: 10 de septiembre del 2018